A igrexa de Santa Baia de Castro, en Coristanco, a través da visita pastoral de 1817

A igrexa de Castro

Nun artigo anterior dábamos conta de varias visitas pastorais acaecidas na parroquia de Castro, das cales os seus informes ían para a curia diocesana. A visita por excelencia e a máis completa de todas foi a celebrada en 1817 polo arcipreste e cura de Razo, don Luis Verdía Troncoso de Lira, digna de algún día poder transcribila e publicala, xa que aporta moitos datos sobre as distintas freguesías da comarca. Vexamos, pois, o que di este sacerdote natural da Coruña sobre a parroquia coristanquesa de Castro, que transcribimos a continuación: 
 

“En doce de junio de 1817 visitó el arcipreste la iglesia parroquial de Santa Eulalia de Castro, principal de la de San Pelagio de Coristanco, cuyo estado es como se sigue.

Iglesia. La Iglesia está bien segura y firme de sus paredes fachada muy decente sobre la que se halla colocada una torre bastante fuerte con sus tres campanas buenas, mayor, mediana y menor; el atrio murado con pavimento de campo y portales con sus cerraduras. Se halla en ella cinco altares: el mayor y cuatro colaterales. En el primero hay seis imágenes, y en dos de los cuatro colaterales dos, en cada uno y en los últimos en cada uno tres y estos dos juntamente con las puertas de la iglesia necesitados de pintura. Tiene nueve órdenes de sepulturas sin que por ellas se pague cosa alguna a la fábrica por haberlas hecho el vecindario a su cuenta.

Renta de fábrica y caudales. Percibe la fábrica de esta iglesia de renta ciento veintitrés ferrados de trigo según resulta de las cuentas de los fabriqueros, sus administradores que han sido, y una sincura titulada de las Nieves que sale a posturas todos años y el año pasado de 1816 se remató en novecientos treinta reales. Tiene de caudal existente según liquidación de cuentas treinta y dos mil cincuenta y nueve reales con diecisiete maravedís.

Rectoral. La casa rectoral de este beneficio es bien capaz pero se halla deteriorada en algunas de sus partes: consta de cuatro piezas altas, cocina, casa del horno, granera, bodega y cuadra con otras dos caídas en el corral. Tiene una casa de aira debajo del hórreo de piedra y así mismo una huerta cerrada de frutales sembradura ferrado y medio, poco más o menos.

Iglesario. El iglesario lleva en sembradura sesenta y dos ferrados de trigo poco más o menos, seis de ellos incultos en monte cerrado y los demás a labradío. Tiene así mismo cuatro prados que llevarán en sembradura diez ferrados y tanto estos como el más iglesario los trae por arrendamiento un colono quien paga por ellos setenta y dos ferrados de trigo. Se compone todo su labradío de dieciséis piezas y un molino.

Diezmos. Percibe diezmos en esta parroquia juntamente con el cura, Antonio García, vecino de San Lorenzo de Agualada, y don Francisco Lira y Boán, vecino de la villa de Noya y la mencionada sin cura de las Nieves. El cura percibe la mitad de lo decimal y de esta le quita el Lira la duodécima parte y la sin cura de las Nieves octava. El García percibe la otra mitad por sí de la que también el dicho Lira le quita la duodécima parte. Se paga de primicia en esta parroquia cuarenta ferrados, digo cuarenta y cuatro, y se reparte a proporción lo decimal. De oblata cuarenta de la misma especia, pagando cada matrimonio, viuda, o casetera, medio ferrado. Los diezmos que se perciben son de trigo, maíz, centeno, cebada y avena.

Cura. Halló por cura de este beneficio a don Antonio de Lago, que acaba de posesionarse, y cura que fue de la parroquia de San Martín de Cances, ausente y por excusador a don José García de Fornelos, que regenta las dos parroquias con licencia de confesar y celebrar, que presentó y declaró tener cumplidas las misas de cargo. Está en posesión de presentar este curato el Sr. Marqués de Lazán y Cañizar. Vale por un quinquenio con su unido, San Pelagio de Coristanco, dos mil ducados. Consta de setenta y ocho vecinos esta parroquia y doscientos treinta y tres almas de confesión, sin que pueda saber fijamente las que hay por confirmar, aunque es muy verosímil sea la mayor parte. De un apunte verbal hallado en el libro de fábrica de esta iglesia, resulta haber fundadas en ella cuarenta y dos misas perpetuas rezadas y cuatro cantadas, que anualmente deben cumplirse. 

Capillas. Hay en esta iglesia una capilla de Nuestra Señora de los Dolores fundada por Domingo Suárez y Antonia Varela, su mujer, vecinos que fueron de esta feligresía y aunque no consta de su fundación por no hallarse en los libros de esta las misas que tiene de obligación, no obstante cumple con una cantada en su festividad todos los años Ignacio de Eiroa, vecino de esta misma parroquia, sin que sepa si tiene capellán ni renta.

Hay otra titulada de San José fundada por Fructuoso de Soto, vecino que fue de San Pedro de Nantón con carga de doce Misas; no consta su fundación, capellán ni renta más que de los capítulos de las visitas. Hay otra de la misma advocación de San José fundada, según consta de las mismas visitas, por Julián do Anido, sin que expresen su oriundez, ni vecindad, como ni capellán, ni renta, con carga de seis Misas, una cantada y las más rezadas. Otra advocación de Santa Apolonia, fundada por María Nogueira, vecina que fue de esta feligresía y por no hallarse copia de su fundación no se sabe las Misas ni renta, que tenga ni capellán. Otra de San Antonio de Padua fundada (según las mismas visitas) por don Ignacio Bermúdez, vecino que fue de San Félix de Anllóns sin que sepan las Misas que tenga renta ni capellán.

Cofradías. Solo hay en esta parroquia la cofradía del Santísimo Sacramento cuyo caudal existente es el de 3271 reales. Reconoció y halló el arcipreste las alhajas y más muebles de esta iglesia que son los siguientes. 

Libros: Dos libros de bautizados sin que contengan partida alguna de otra clase distinta. Otro más de bautizados que contiene partidas de casados y difuntos. Otro de difuntos; otro de casados; otro de cuentas de fábrica; otro de la cofradía del Santísimo; otro muy viejo de fundaciones y renta que tiene la iglesia, rendimiento de cuentas y un libro de constituciones sinodales. 

Plata: Cuatro cálices todos de plata y dos sobredorados con sus patenas y cucharas correspondientes, un viril de plata sobredorado. Una cruz parroquial y otra de pendón, ambas de plata. Un incensario con su naveta de plata. Un relicario dorado por adentro. Dos copones, el del Sagrario, y otro antiguo sin pie, tres ampollas de los Santos Óleos.

Ornatos: Cinco capas de coro, doce casullas, ocho capotes, cuatro mangas para la cruz parroquial, dos paños de atril, cuatro bandas, dos palios, un pelliz y sotana, dieciséis paños de cáliz, diez albas, nueve amitos, seis paños de manos, diez mesas de manteles, seis bolsas de corporales surtidas, diecinueve purificadores. 

Otros muebles y trastos: Cuatros piedras de aras, doce candeleros de metal, cinco atriles, uno de coro y cuatro de altar; un féretro con su manto, dos mecheros de madera para dos hachas y cirio pascual, unas andas, una escalera de monumento y una para el mismo con su cortinaje de tafetán de seda, dos confesionarios, cuatro rejas, dos lámparas, dos frontales de altar, cuatro misales ya muy usados y dos manuales viejos; cuatro arcas, una forrada de hierro por dentro para el depósito de los caudales de esta iglesia, otra de la cera y dos grandes para la recolección de su renta; tres mesas de madera de cuatro pies, cinco bancos de respaldo, una cajonada compuesta de doce cajones. 

Mandatos: En esta iglesia mandó el arcipreste lo siguiente: que se comprasen cuatro piedras de aras, para los colaterales por cuanto las que se hallaron no servían para decir Misa y que una de ellas se colocase en la custodia y todas se cubriesen con lienzo. Que en cada altar se pusiesen de continuo dos mesas de manteles, y que se hiciesen unas veinticuatro y se cubriesen las mesas de los altares con carpetas de badana. Se comprasen dos misales nuevos y se encuadernasen unos dos, un manual nuevo, y un Parvux Codex para las administraciones, seis vinajeras con dos platillos. Que la pila bautismal y la alacena donde se guardan los Santos Óleos se cerrasen con llave. Se retocasen las imágenes del altar mayor; se pintase el púlpito y las puertas de la iglesia y del atrio, se anivelase el piso de la iglesia y se pusiesen piedras enteras en las sepulturas, en lugar de las quebradas con las cuales sepulturas corriesen un solo sepulturero, se blanquease por adentro todo el cuerpo de la iglesia. Últimamente, que se hiciesen un inventario de todas las cosas y que se estampase en los libros. No se halló más sacerdote en esta parroquia que el dicho don José García Fornelos que excusa al cura contra cuya conducta nada resultó como ni tampoco escándalo público alguno de que pueda dar razón”. 

 

Máis artigos de Luís Bermúdez