O risco dixital na hostalaría da Costa: cando o persoal de tempada marcha coas chaves
La industria hostelera vive cada año un mismo ciclo: contrataciones masivas en temporada alta, rotación constante de empleados y, con ello, un flujo enorme de accesos digitales que entran y salen. En pleno 2025, donde todo se gestiona a través de plataformas online, el verdadero riesgo no siempre viene de un ciberataque externo, sino de dentro del propio equipo.
Cada temporada, cientos de trabajadores temporales tienen acceso a herramientas, contraseñas y sistemas internos. Y cuando termina el verano, muchos de esos accesos no se eliminan. En otras palabras: las llaves digitales se quedan flotando por ahí.
Las puertas abiertas sin querer
Durante años, la seguridad digital no ha sido una prioridad en muchos hoteles, especialmente en los medianos y pequeños. A veces, la contraseña de acceso al sistema de reservas se comparte en un papel pegado junto al ordenador, o se pasa de boca en boca entre recepcionistas. Y si el personal cambia cada pocos meses, el caos está asegurado.
Aquí es donde entran en juego herramientas como el gestor de contraseñas empresarial. Este tipo de sistemas permite centralizar los accesos, generar contraseñas seguras y revocar permisos de forma inmediata cuando alguien deja la empresa. Sin embargo, muchos hoteles siguen confiando en la buena voluntad de sus empleados o en la memoria colectiva del equipo. El resultado: fugas de información, accesos indebidos y, en algunos casos, verdaderos quebraderos de cabeza con la protección de datos.
Del mostrador al ciberespacio
Los hoteles son uno de los objetivos más atractivos para los ciberdelincuentes porque cada vez manejan más datos personales, financieros y de viaje de miles de personas. Pero el error humano sigue siendo el eslabón más débil. Un recepcionista que usa la misma contraseña para el correo y el sistema de reservas, o que no cierra sesión al terminar su turno, puede abrir la puerta a un problema mayor.
A eso se suma el trabajo a contrarreloj propio de la temporada alta: nadie tiene tiempo para pensar en ciberseguridad , pero precisamente por eso es cuando más hay que tener procedimientos claros.
Cerrar las llaves digitales al final del verano
Cuando el personal temporal se marcha, el proceso de salida debería incluir algo más que entregar el uniforme. Revocar contraseñas, eliminar accesos a sistemas internos y comprobar que no quedan cuentas activas es muy importante.
El problema es que muchos negocios no tienen un responsable claro de esa parte digital. A veces el dueño es también el gestor informático; otras, el encargado de mantenimiento es quien "se apaña" con los ordenadores. Y así, cada año, las llaves digitales cambian de manos sin control.
La buena noticia es que no hace falta ser uno de los hoteles más valorados del mundo para hacer las cosas bien. Adoptar una cultura de seguridad digital no es complicado, pero sí requiere constancia: usar un gestor de contraseñas, revisar los accesos cada cierto tiempo y formar al personal de temporada en buenas prácticas. Porque en la era digital, las llaves que más importan ya no abren puertas físicas, sino sistemas que guardan la reputación, los datos y la confianza de los huéspedes.