Unha nova aldea para unha gran igrexa: a construción dunhas vivendas públicas no entorno da parroquial de Rus en 1789

Fotografía en plano nadir da cúpula e das bóvedas da igrexa de Rus, en Carballo

O 21 de setembro de 1789 reuniuse en cabido a veciñanza de Santa María de Rus, no actual concello de Carballo, para tratar un asunto de importancia: contemplando a frecuencia de roubos nas igrexas da zona, especialmente a acontecida naquel ano na parroquial de Anxeriz, e o roubo da reitoral de Rus sucedida anos antes, en 1764, e dada a grandeza da parroquial e a súa situación solitaria, trataron de construír unha serie de vivendas na parte frontal, co obxecto de asentar alí unhas familias que vixiasen e exercesen á vez o seu oficio. O solar escollido era un terreo ocupado por uns alpendres chamados de “san Sebastián”, onde se edificarían os distintos fogares, establecendo un espazo para artesáns, un mestre de nenos e outro para o sancristán, que coidaría do culto do templo. Este acordo foi recollido polo notario Agustín de los Reyes (protocolo 3014, fol. 88 rº a 89 vº) que recollemos a continuación: 

“Junto al atrio de la iglesia parroquial de esta feligresía de Santa María de Rus a veintiún días del mes de septiembre, año de mil setecientos ochenta y nueve, ante mí, escribano de número y testigos que irán declarados parecieron presentes, Antonio de Bolón, mayordomo fabriquero de la obra y fábrica de dicha iglesia; Francisco da Viña, Francisco Rodríguez, Matías do Souto, Antonio Nieto, Jacobo Fernández, Jacobo do Souto, Antonio Nieto (…) todos vecinos de esta referida feligresía, juntos como lo tienen de costumbre para tratar de las cosas correspondientes al común que hacen por los que les toca y en nombre de los más vecinos de esta dicha parroquia, enfermos, ausentes e impedidos que no han podido concurrir a esta junta por los cuales se obligan y prestan la suficiente caución de rato en forma que estarán y pasarán por lo que en esta escritura irá capitulado so expresa obligación que hacen de sus personas y bienes y dijeron que antes de ahora muchos de los aquí otorgantes es de acuerdo a dicho señor cura párroco con motivo de robo y asalto sucedido en el presente año a la iglesia de la feligresía de Santa Mariña de Anxeriz, confinante, causado tal vez de estar esta dicha iglesia como está sola sin casa ni vecino alguno a su inmediación, lo mismo que sucede con la de esta repetida feligresía de Rus, a cuya inmediación no hay igualmente vecino alguno ni más casa habitable que la rectoral que por lo mismo ésta también fue asaltada y robada en el año pasado de mil setecientos sesenta y cuatro y deseando en este particular providenciar de algún modo a evitar este inconveniente, después de haberlo reflexionado y conferenciado han juzgado apropósito hacer construir a la inmediación de esta referida parroquial iglesia y en el sitio que ocupa el tinglado y alpendres que llaman de san Sebastián, un edificio que sirviese para habitación de dos artesanos o de uno que ocupe y ejercite al empleo de maestro de niños por la mucha proporción que ofrece el sitio para la concurrencia y educación de estos y de otro que sirva de sacristán toque las campanas a oraciones, cuide del aseo y limpieza de la motivada iglesia y haga más concerniente a este empleo de que dicha iglesia necesita y en efecto después de haberlo así proyectado particularmente habiéndose propuesto en un día festivo al ofertorio de la misa popular por el referido cura párroco al vecindario, todos han sido conformes en ser muy conveniente dicho edificio no solo para los fines referidos sino también para los casos en que les ofrezca buscar sacramentos y en consecuencia de ello que por dicho señor cura párroco y actual fabriquero se diesen las disposiciones convenientes a fin de que dicha obra se pusiese en ejecución formando para ello plano y tratando de ajuste con maestros facultativos mediante a los grandes pleitos, disturbios, malas consecuencias y otros inconvenientes que se siguen de las obras sacadas a públicas posturas y no ser convenientes sacar esta cuyas paredes son regulares y como las de cualquier casa de las más del vecindario, cuyo precio de cada braza todos saben por semejante estilo y en virtud de ello por los sobredichos y maestro facultativo se pasó a medir dicho tinglado y alpendres y halló tener de longitud por la frontera y lado del solano de enfrente a la iglesia veinticinco varas y cuarta, y por la otra parte y lado de la travesía veintiséis varas y tres cuartas en cuya longitud y sitio caben dos casas de veinte codos de largo cada una en hueco y en medio de ellas una pieza de diez codos también de largo incluso el grueso de sus paredes medianiles que sirva para guardar cosas de la citada iglesia y unas y otras de diez codos de ancho en hueco en la misma forma que la otra casa nueva de la fábrica que sirve para sus funciones y se halla fabricada de pocos años a esta parte en aquel sitio (…) las puertas y ventanas también tienen ajustado con Antonio Varela, también maestro de cantería de esta misma vecindad, el arranque de ella y su labraje y perfección en ciento veinte reales cada una la que ha de arrancar en la feligresía de San Martín de Cances, donde suele venir la que se necesita para las obras de dicha fábrica…”. 
 

 

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